top of page

A lo largo de la historia, todas las corrientes artísticas han definido y limitado modelos idealizados de belleza masculina y femenina. La apariencia masculina y femenina de los cuerpos responde igualmente a una serie de cánones y caracteres definidos en otros periodos anteriores. Nuestro interés reside en el estudio de la construcción visual de las imágenes de las mujeres en el ámbito escultórico del arte.

 

En la mayoría de ocasiones las representaciones femeninas en la escultura (y los demás campos artísticos) son mujeres que muestran al espectador cualidades y actitudes construidas culturalmente; sus cuerpos emiten fragilidad, dulzura, bondad y entrega, además de evocar en innumerables ocasiones la belleza y el deseo sexual. La mayoría de representaciones femeninas se presenta desnudas evocando la sensualidad.

​

También es verdad que, según Álvaro Molina (miembro de la universidad autónoma de Madrid) en su documento "LA MATERIA Y LA CONSTRUCCIÓN DE LA IMAGEN VISUAL DE LAS MUJERES EN LA ESCULTURA CONMEMORATIVA HACIA 1900", explica que en muchos otros casos, las esculturas que se construyeron de mujeres, tenían un valor educativo para quien las observaba. Estos valores funcionaban como una apropiación colectiva de la imposición ideológica del momento. Así la escultura pública tenía una finalidad, funcionaba como un medio de propaganda ideológica, mostrando las virtudes que los individuos debían poseer en la sociedad. Por ejemplo, valores sobre cómo las jóvenes debían comportarse, vestirse, ser o actuar.

​

Es un hecho que los protagonistas de la Historia eran hombres. Las mujeres no tenían cabida dentro del discurso histórico tradicional, sin embargo, aquellas que sobresalieron a lo largo de la historia, como excepción a la norma, también fueron conmemoradas con mármol o bronce. No obstante, basta con enumerar una serie de ejemplos y analizar las representaciones visuales de estas mujeres para darnos cuenta de que sólo eran aparentemente protagonistas. Muchas de ellas vienen tuteladas por figuras masculinas o en ocasiones vienen siendo menospreciadas y representadas de manera frágil y débil como sucede, por ejemplo, en los monumentos de Isabel la Católica de Madrid y Granada. En el primero, Isabel es guiada sobre el caballo por varones. En cierto sentido, la figura de Isabel funciona sólo en un plano alegórico como Nación y Patria -exaltaciones constantes en el periodo-, de las que ella es símbolo absoluto en la unificación de Castilla; un símbolo importante, pero símbolo al fin y al cabo.

 

Un caso similar es el de la Dama de Elche, la obra representa una mujer adinerada y rica, no sabemos quien puede ser, pero si la homenajearon con una escultura, sin duda, era alguien de importancia para la sociedad de entonces. El único problema es que no nos ha llegado nada de quién fue o que hizo, únicamente sabemos que era una mujer adinerada y la cual vestía con excesiva ornamentación.

 

En casos en los cuales, las figuraciones son meras representaciones de símbolos nos podría llevar a preguntarnos ¿por qué parece que esto solo sucede en esculturas femeninas?

​

No  es hasta finales del siglo XIX cuando aparecerán mujeres anónimas reales representadas en monumentos escultóricos y no necesariamente desnudos. Muchas de ellas aparecían junto a sus hijos pequeños, unas veces luchando, otras sufriendo y otra ya derrotadas. Se empezó a observar entonces que en estas esculturas, por su contexto cultural, en las escenas de mujeres y niños aumentaban el aspecto sentimental y dramático del tema conmemorado.

"La figura del chico, que coge amorosamente la mano de la mujer; colocándola sobre su pecho, constituye, por último, una nota romántica, delicada y sentimental".

​

Las cualidades afectivas se utilizaban como recurso para identificar lo afectivo y sentimental. Estas cualidades definieron la personalidad de las mujeres. Entre ellas también el cuidado del ser amado, figura masculina donde queda patente la sumisión de la mujer al varón.

​

Podría decirse que hay una época en la que se deja un poco de lado la representación de la mujer como símbolo y como alegoría de naturaleza, mitología,etc.

​

Llegamos a la conclusión que los motivos de la representación de la mujer en toda la historia del arte y en la actualidad, ya sea en el arte público o en general, vienen dados por toda una tradición y una cultura que nos pesa desde hace cientos de años. Siendo importante esto último, no debemos dejar que la figura de la mujer decaiga o sea utilizada de forma inadecuada y en los tiempos que corren debería tener el mismo derecho y deber que la figura del hombre en todas las sociedades.

SOBRE  LA  REPRESENTACIÓN  DE  LA  MUJER  EN  LA  ESCULTURA  DE  ARTE  PÚBLICO

bottom of page